martes, 16 de marzo de 2010

Educación artística y conextos posmodernos

La primera parte de este texto creo que viene a decir todo lo que hemos estado hablando sobre el concepto posmodernidad y otras posturas acerca de su falaz plurirrelato cultural de manera que prefiero no redundar más en este blog sobre la cuestión y centrarme en la segunda parte del texto, que nos afecta más directamente.

Una cuestión que me ha venido a la mente al empezar esta parte ha sido el concepto de la violencia simbólica, que tratamos en el módulo genérico de el máster, donde es la escuela la que la ejerce, legitimando ciertos conocimientos, generando así esa marginación social de la que el autor habla.

La pedagogía critica no ha influido directamente a la educación artística y es posible que esta se resista en cierto modo a convertirse en crítica. Quizá sea causado por la comodidad tradicional y elitista que ámbito de estudio conserva aún, estudiar el arte por el arte y formar futuros profesionales como finalidad máxima. En mi opinión esta postura requiere un compromiso mínimo por parte del docente, cuyo deber se limitará a modelar a sus alumnos según su criterio estético tanto en técnicas como en consideraciones acerca de la calidad de obras, cual maestro que adiestra a su aprendiz.

Alumnos que han cursado una educación artística relajada, basada en la contemplación y apreciación del arte, se convierten hoy en docentes que transmiten sus conocimientos a alumnos, apreciadores del arte. Y tal vez sea hora de romper el bucle y educar a los futuros educadores que no hayan conocido el arte por el arte, para que no cuenten con esa opción. Estoy totalmente de acuerdo con la observación, no del arte, si no del entorno generador de arte, el cual se verá modificado por su propio producto artístico, tomando parte de la construcción de la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario