domingo, 28 de febrero de 2010

¿De verdad caen los metarrelatos?

Durante el fin de semana, he estado dándole vueltas al asunto que trataba en la entrada anterior que estaba conectado con el tema que tratamos en clase. Mis últimas conclusiones fueron sobre el pensamiento flexible, como necesidad para afrontar el futuro como docentes para poder conectar con los alumnos. También hablé sobre el desmoronamiento de las verdades asumidas como universales, de las cuales no podíamos tener una certeca absoluta ya que están basadas en el punto de vista del ser humano y no deja de ser algo subjetivo.
Sin embargo tengo que rectificar esa creencia por la caida de los metarrelatos. Las reflexiones de este fin de semana acerca de estos, me han llevado a la conclusión de que ambas posturas (Modernidad y Posmodernidad) son un tanto extremas, seguir fervientemente una creencia concreta o no creer en nada, todo vale. Al mirar sobre mi y mis patrones de conducta me he dado cuenta de que mi postura siempre ha sido las tintas medias, es decir, no defendería hasta la muerte la creencia en algo concreto, siempre admito el margen de duda (lo cual estaría en consonancia con la Posmodernidad) pero por otra parte, tengo muy claro que este debe ser mi modus operandi, y contradictoriamente, esta postura si la defendería con absoluta certeza (en este aspecto sería mas modernista). En conclusión, no me consideraría dentro de ninguno de estos dos enfoques. Creo que el acierto está en el término medio, ya que el Posmodernismo es en si un metarrelato pero en su discurso se contradice al afirmar que todos los metarrelatos caen y predominan los relatos individuales. No creo que todos los metarrelatos puedan caer al mismo tiempo o se de algún momento en el que no exista ninguno. Una de las tendencias más fuertes en el ser humano a la hora de asociarse, es mediante la ideología. ¿Cómo podríamos agruparnos entonces si cada uno tuvieramos nuestras certezas concretas, diferentes en cada individuo? Estamos de acuerdo en que somos diferentes, pero no radicalmente, siempre conservamos vínculos ideologicos en un sentido o en otro. De modo que se podría decir que los metarrelatos caen parcialmente, con lo cual el pensamiento fuerte queda fuera de juego, aunque nadie puede presumir de pensamiento totalmente flexible, siempre hay un margen de admisión. ¿O no?

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